martes, 26 de noviembre de 2013

sobre lo anterior...

Respecto a lo anterior, un texto: 
"[...] harto de un arte separado del resto de las cosas de la vida, reducido a algo que se cuelga en la pared o se contempla desde cierta distancia y con cierta actitud [...] la creatividad humana empezó a distraerse de su implicación en la existencia social o individual. Y la pintura y el arte en general se convirtieron en los únicos recipientes de lo artístico. [...] (la práctica de la obra de arte) se desligaba por fin de toda servidumbre ideológica [...] esa independencia creciente le ha separado de la esfera vital, para carecer de toda utilidad práctica. [...] El empobrecimiento estético de la vida diaria, por más que estemos rodeados de objetos de diseño se debe, entre otras cosas, a que hemos abdicado colectivamente de nuestra sensibilidad y nuestra capacidad creativa, en beneficio de unos particulares llamados artistas. Como dijera Guy Debord: “No podemos vivir sin la belleza, pero el arte no puede seguir proporcionándonosla...".
Cuanto más alejado de la sensibilidad común se ha vuelto el arte, más han proliferado los centros dedicado a su exposición. [...] Y sin embargo, se insiste en su valor indiscutible, convertido en signo de distinción social. [...] terminamos acercándonos al arte más con creencias que con conocimientos y el público es cada vez más una especie de proletariado intelectual
El arte se ha convertido en un medio de control ideológico de poder incalculable. En el tardocapitalismo actual, la cultura es política por otros medios, como antaño lo fuera la guerra. Y el arte es su publicidad más eficaz.
[...] 
Es el medio de distribución y consumo de la obra de arte lo que tergiversa de forma profunda su sentido, subrayando su valor de cambio (como inversión y como medio de integración social) sobre su valor de uso.
[...] 
Sólo despojando a la obra de arte de su aura de prestigio social, sólo agujereando su receptáculo para el capital, volvería a ser lo que en esencia es. Al fin y al cabo, un cuadro no debería poder comprarse, sino necesitarse o merecerse."

Prólogo al libro Arto del Arte (Aclaración)

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